Buenas noches a todas y todos, bienvenidas a las jornadas “Otoño Inclusivo” que con tanto esfuerzo y cariño hemos organizado desde la asociación APIES.
Un esfuerzo que, sin duda, se verá recompensado con creces con todo aquello que aprendamos en estas jornada. Con todo aquello que nos llevemos a casa. Con todo aquello que podamos ofrecer a partir de ahora a la sociedad para que sea más plural, más justa y más equitativa.
Dicen que Eivissa es una isla mágica. La isla blanca. El paraíso del mediterráneo. Nosotras, desde APIES, pensamos que Eivissa era el lugar perfecto, por población, tamaño y características para que justamente, esa sociedad plural, justa y equitativa se pudiera construir partiendo de unas premisas básicas, tal vez muchas de estas que nos llevemos en nuestro haber al finalizar estos dos días. La inauguración el curso pasado del Centro de Educación Especial de Sant Josep hizo que ese sueño inclusivo se viera más difícil de conseguir. Un centro que por suerte, y lo digo con mayúsculas, ha permitido que muchas familias dejen de sufrir una circunstancia tan injusta como la separación de sus hijos e hijas. Unas familias que han visto como el sistema y la administración les ofrecía una solución muy perseguida y luchada por ellas. Nosotras queremos ir más allá.
Queremos seguir persiguiendo el sueño de la inclusión. Un sueño hoy más difícil, pero no imposible. Y ese es nuestro objetivo. Abrir mentes, despertar conciencias e incitar al cambio. Y que mejor interlocutores que los que hoy y mañana tendremos el placer de escuchar y conversar. El esfuerzo organizativo se ha visto reducido gracias a la generosidad de nuestros invitados, que en todo momento nos han puesto todas las facilidades para venir a Eivissa y compartir con nosotros sus experiencias, su sabiduría y su empuje e ilusión. Toda una declaración de intenciones.
Y eso es lo que pretendo con esta presentación. Romper el hielo con la calidez de sus palabras. Palabras guerreras, y a la vez pacíficas. Palabras rompedoras, y a la vez que unen. Palabras sabias, y a la vez, básicas. Palabras que nos llevarán a conocer mejor la inclusión. Para ello, hemos de tener en cuenta diversos aspectos:
El primero, que “Ahora ya no es momento de hablar de inclusión sí o inclusión no; ahora toca hablar de ¡Cómo la hacemos y que sea de calidad! No lo digo yo, lo dice nuestro primer invitado, Efren Carbonell. Que para ello, debemos cambiar nuestra mirada. “La mirada del niño son las gafas que todos deberíamos ponernos. Si desde bien pequeños se empieza, al final absolutamente todo se normaliza”. Efren Carbonell.
Con esta mirada sera más fácil educar. Pero también será más fácil la otra misión, La misión que empieza cuando acaba la escolarización. Por eso “Nuestra misión debe ser ayudar a incrementar la calidad de vida con la inclusión social y laboral”. Lo dice Carme Llorens, nuestra segunda invitada.
Otro de los aspectos que tenemos que respetar es de la denuncia. Sin miedo. Sin complejos. Con conocimiento de causa. Porque “el derecho a la educación inclusiva de calidad es uno de los derechos humanos que más trascendencia tiene”. Palabras de Ignacio Campoy, que empezará las charlas del sábado. Sí, la inclusión es un derecho. Reivindiquémoslo. Y no sólo eso. Permitirá que “el respeto a los principios democráticos y a las libertades fundamentales formará parte de los niños. No porque se les enseñe intelectualmente en libros o con explicaciones sesudas, sino por la experimentación en sus vidas, ejerciendo una educación en igualdad de condiciones”. Ignacio Campoy.
Que no se puede hablar de atención a la diversidad como un término que solo englobe a alumnos con diversidad funcional. Todos somos diversidad. “Es imposible tratar a todo el mundo por igual, cuando realmente no hay nadie que sea igual”. Lo dice Jesús Soldevila. Y esa es la verdadera atención a la diversidad. Dar a cada uno según sus características. Porque, sin lugar a duda, “toda la diversidad enriquece la escuela”. Jesús Soldevila.
Que la escuela inclusiva “Es una escuela ordinaria en la que todos los alumnos, tengan las capacidades que tengan, están presentes y aprenden juntos”, como bien dice mi querido Joan Jordi Muntaner. Y para ello, no podemos quedarnos como hasta ahora. Hay que “hacer cambios didácticos y organizativos en la escuela. Cambios que no son para los niños con necesidades, sino para todo el conjunto de los que van a esa escuela”. Joan Jordi Muntaner.
Tenemos referencias y referentes. Personas, profesionales y centros que ya llevan camino avanzado. “A lo largo de los últimos años han ido apareciendo una amplia variedad y cantidad de experiencias de aula que han implementado con éxito prácticas inclusivas”, como bien afirma Begoña de la Iglesia. Compartamos estas experiencias, abramos estas aulas.
Con todos estos aspectos destacados por los mismos ponentes parecería incluso fácil tener una escuela, una sociedad inclusiva. Pero no. No es sencillo. Hay muros a los que cuesta derribar. Por eso debemos ser tenaces y debemos actuar estableciendo sinergias que favorezcan nuestro objetivo. Y ese, a parte de la información sobre la inclusión y de la formación personal, sería nuestro tercer objetivo con estas jornadas. Las sinergias. Juntarnos y conjuntarnos. Establecer una red de ayudas que haga más fácil el camino que estamos recorriendo. Con un idea en el horizonte: que la gente, el pueblo, tenga clara “la idea de si queremos vivir juntos y cómo queremos vivir juntos como sociedad”, como expresa Gerardo Echeita. Y la última reflexión. No es mía, es del propio Gerardo: “Como nuestra sociedad no es inclusiva, nuestra educación no es inclusiva. Si queremos una sociedad con mayor equidad, hoy tenemos que ponerle este adjetivo de inclusión a la educación”. Y yo añado, ojalá, un día, más pronto que tarde, el adjetivo inclusión caiga por si solo de al lado del sustantivo sociedad o del sustantivo educación. Ese día sabremos que hemos derrumbado el muro.
*Discurs d'obertura de la "Tardor Inclusiva" que s'ha celebrat a Eivissa aquest cap de setmana, redactat conjuntament amb Irene Ripoll, que va realitzar la presentació.
